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martes, 16 de enero de 2018

La Concepción de La Vega, cuna de grandes Primicias de América

La vieja ciudad de la Concepción de La Vega, fundada primitivamente al pie de la loma del Santo Cerro por Cristóbal Colón, no tiene una fecha exacta de su fundación, asegurando la mayoría de los historiadores que fue en los primeros meses del 1495, otros dicen que por el 1494

Primeramente conocida como una Villa, pero el continuo y rápido progreso que ella experimentaba motivado con una gran población de habitantes que fluían por sus instalaciones de factoría, fundiciones de oro y plata, casa de cuño de monedas casas comerciales, ingenios azucareros, talleres, alcanzando prontamente la categoría de ciudad por privilegio Real que se enviara desde Sevilla el 7 de diciembre del 1505.

Y a los siete años el 26 de septiembre del 1512, se efectuó la creación de su catedral ordenado en el Palacio Arzobispal de Sevilla.

Esta Catedral de la Concepción de La Vega dependía directamente de la Metropolitana de Sevilla, fue su único Obispo residente, Don Pedro Zuarez de Deza. Este Obispo fue el primero que hubo en el nuevo mundo y residió en esta ciudad. Este recibió también el titulo de Arzobispo Metropolitano, título otorgado por le Rey y confirmado por el Papa

A este Obispado de la Concepción de La Vaga y primado del nuevo mundo, pertenecían las Villas de Santiago de los Caballeros, la de Puerto Plata, la de Puerto Real, la de Lares de Guanaba, la de Salvatierra de la Sabana, y la de Santa Cruz.

En esta ciudad fue donde se inició los primeros repartimientos de indígenas, en su territorio fue donde primero se cultivo la caña de azúcar y donde por vez primera en el nuevo mundo se fabricó el azúcar que despertara y endulzara las ambiciones del español como también endulzara las sufridas amarguras del indígena quisqueyano

Siendo la Concepción de La Vega, la primera ciudad en la colonia donde se instaló el comercio como se hacía en Europa, por esos sus calles constantemente se veían congestionadas de compradores y mercaderes. Fueron los nombrados Bartolomé Núñez y Rodrigo Majía quienes abrieron al público en general de esos lejanos tiempos, las primeras tiendas y colmado, llegando a ser esta ciudad durantes los primeros veinte años la más importante de toda la isla.

Era tal el auge de la Concepción de La Vega, que Cristóbal Colón, su fundador dejo un documento donde decía, que eran sus grandes deseos que al morir sus cenizas reposaran en esta ciudad de sus amores.

En 1509, La Concepción de La Vega, fue visitada por el Virrey Don Diego Colon quien había llegado a Santo Domingo unos meses atrás el cual estaba acompañado de su esposa y familiares con un pomposo cortejo, y su recibimiento fue objeto de grandes festividades, la solemnidad de aquellas fiestas alcanzó mayor altura al celebrase un acto que la historia del Catolicismo en América señala una fecha memorable. En las adornadas naves de la Catedral de La Vega, sirviendo de padrino el Virrey celebro su primera misa y por primera vez en tierra americana Fray Bartolomé de Las Casas, ofició su primera misa y la primera en suelo del nuevo mundo

El Virrey, visitó las fundiciones de oro, plata y cobre como también la Casa de Cuño de Monedas en las cuales se estaba trabajado para esos días y otros lugares donde se realizaban otras actividades

Esta vieja ciudad al sufrir el cataclismo del 2 de noviembre del 1562, que la destruye por completo, según los historiadores José Grabiel García, Don Manuel Ubaldo Gómez y Moya y Fray Cipriano de Utrera, fue en el 1562 y no en el 1564.

Esta bella, pomposa y gran ciudad histórica, que antes de su destrucción alcanzó a tener unas 17,000 mil habitantes también tuvo grandes palacios y hermosas mansiones señoriales, bellos jardines, calles amplias y limpias, tan adelantada era que hasta tenía un acueducto (vestigios de este se encuentran en sus ruinas)

Dentro de su Catedral vibró la redentora y bella voz del Padre Antón Montesino, en sus hermosos sermones y se oyó la elocuencia de Fray Pedro de Córdoba, esparciendo por primera vez en tierra del nuevo mundo la doctrina de la fe Católica

Luego del terremoto y reducida a escombros la más bella y progresista ciudad de la isla Española, sepultada inmensa riqueza, los habitantes que sobrevivieron al cataclismo se trasladaron con lo poco que quedo a la márgenes sureste del Río Camú, donde existía una ermita dedicada a la devoción de San Sebastián.

Y es ahí donde se levanta por segunda vez la ciudad de la Concepción de La Vega, donde se encuentra en la actualidad, aquella ciudad que fuera con su majestad seductora de amores bellos siempre arrullada por su galante enamorado Camú, quien le arrullaba con suave melodías, al bañarle los pies.

Hoy no queda nada de eso. Hoy hemos hecho del Camú, una cloaca, mugrienta, mal oliente, sus aguas contaminadas, donde se extingue la vida, una fuente acuífera agonizante, sin doliente, ve como sus verdugos cada día le clavan el puñal para su total extinción, ante un pueblo indolente que nada le importa lo que pase, nada le importa porque una generación que ha olvidado su pasado heroico y glorioso,. Que se ha olvidado de quienes forjaron su historia

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