RENACER CULTIRAL

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viernes, 30 de junio de 2017

¿Por qué los rusos se volvieron comunistas?

¿Por qué los rusos se volvieron comunistas?

Un siglo después de la revolución bolchevique el legado soviético se está dejando atrás. El Partido Comunista está integrado en el sistema y forma parte de la oposición. Repasamos las razones históricas para que triunfasen en el país euroasiático las ideas de Marx y Engels.
Ilustración: Ekaterina LobanovaIlustración: Ekaterina Lobanova
Si hoy en Rusia llamas a alguien “camarada” o empiezas a hablar del triunfo inevitable del proletariado mundial, lo más seguro es que te miren con extrañeza. Un siglo después de la Revolución de Octubre, en la que los bolcheviques llegaron al poder para pasar 70 años construyendo el comunismo, en Rusia ya no creen en ello. El Partido Comunista está integrado en el sistema y en las últimas elecciones obtuvo un modesto 13 % de los votos.
Lenin, los bolcheviques, los congresos del Partido que todo lo sabía y veía, pasaron a la historia tras la caída de la URSS en 1991. Lo único que quedó de todo fueron las estrellas rojas en las torres del Kremlin, la multitud de monumentos a Lenin (en Rusia existen más de 5.300, según la página web Estatuas de Lenin) y otra simbología soviética: elementos meramente históricos, no ideológicos.

Una revolución contra las normas

Karl Marx y Friedrich Engels creían ciegamente en la lucha de clases en el siglo XIX. Pensaban la revolución socialista se haría en los países con una sociedad capitalista desarrollada en la que hubiera una clase obrera numerosa explotada por la burguesía. El Imperio ruso, un Estado mayoritariamente agrícola en el que el 77 % de la población eran campesinos según el censo de 1897, no parecía amenazante para los teóricos alemanes. Para ellos primero era necesario desarrollar el capitalismo y luego destruirlo con las fuerzas del proletariado sublevado. Pero las cosas salieron de otro modo.
Después de que la Revolución de febrero de 1917 derrocara la monarquía, de marzo a octubre de 1917 en Rusia hubo una lucha entre varios partidos por el poder. Prevalecieron los bolcheviques, los socialistas más radicales, liderados por Vladímir Lenin, y estos prometieron al pueblo, atormentado por la Primera Guerra Mundial, que su sufrimiento terminaría inmediatamente y que todos serían felices. A los pueblos les prometieron la paz; a los campesinos, la tierra; a los obreros, las fábricas y a los burgueses una muerte bochornosa.

Las raíces del espíritu comunista

“Los bolcheviques eran la única fuerza política que supo entender y aprovechar el odio social y el deseo de las masas de conseguir justicia e igualdad”, escribe el historiador Alexander Orlov.
Así lo cree también Alexander Pyzhikov, del Instituto de Ciencias Sociales de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública, que afirma que la victoria de los bolcheviques en Rusia no tuvo nada que ver con el marxismo.
“A finales del siglo XIX – principios del XX, había dos Rusias” –comenta Pyzhikov a RBTH. La primera, la Rusia de la nobleza, la clase intelectual y la burguesía, no era muy distinta de los países europeos: las clases altas se guiaban por el capitalismo, por el sistema legal occidental. La segunda, que reunía a la absoluta mayoría de los campesinos y a una parte considerable de los obreros, vivía según unas normas completamente distintas.
“Este era un mundo muy patriarcal que conservaba las antiguas costumbres, un estilo de vida casi medieval” –comenta Pyzhikov-. La principal institución era la comunidad, los campesinos explotaban las tierras de forma conjunta y la propiedad privada no estaba muy desarrollada”. Fue precisamente esta 'segunda Rusia', según Pyzhikov, la que apoyó alegremente a los bolcheviques cuando estos les propusieron tomarlo todo y repartirlo.
“La Rusia campesina había llevado dentro muchos años al poder soviético”, señala el historiador. Fue por esta razón, y de ningún modo por lealtad a las ideas rusas de Marx, que triunfó el comunismo en Rusia.

Todo ha quedado atrás

Según recuerda Pyzhikov, la idea de construir una sociedad justa en todo el mundo sin pobres ni oprimidos quedó desacreditada pasadas unas décadas. “Ya en los años del gobierno de Brézhnev (años 70) quedó claro que los dirigentes del Partido se habían alejado del pueblo y trataban febrilmente de mantenerse en el poder, y que esto no llevaría hacia ningún futuro brillante”, asegura el historiador. Según este, la decepción general con las ideas del comunismo se convirtió en un catalizador de la caída de la URSS, que pasaba por graves problemas económicos.

https://es.rbth.com/cultura/historia/2017/03/16/por-que-los-rusos-se-volvieron-comunistas_720806

jueves, 29 de junio de 2017

La ‘liberación’ de la mujer china por Mao Zedong


La ‘liberación’ de la mujer china por Mao Zedong

La ‘liberación’ de la mujer china por Mao Zedong
Una fotografía de 1946 con Mao y su cuarta esposa, Jiang Qing. (Dominio público)
https://www.lagranepoca.com/opinion/138239-la-liberacion-de-la-mujer-china-por-mao-zedong.html
Parece que la última tendencia en cómo alabar al dictador fundador de la China comunista, Mao Zedong, es usando la sociología.
“Las mujeres sostienen la mitad del cielo”, dijo Mao. Para los observadores modernos, estas palabras y las políticas sociales que las acompañaron, sirven al objetivo de convencer que al menos hubo espacio para el pensamiento progresista en la historia del sangriento tirano.
Los movimientos comunistas, han atraído al feminismo en sus planes revolucionarios desde hace mucho, típicamente en oposición a las estructuras tradicionales o morales de la “vieja sociedad”.
Pero como muchos otros movimientos y políticas en la China comunista, lo que realmente resultó de las reformas de Mao en cuanto al matrimonio y las relaciones de género fue tragedia y a veces la muerte de millones de chinos.

La ‘Nueva ley de matrimonio’

En China, los mitos folklóricos le atribuyen la creación de los ritos del matrimonio al Dios Fu Xi, quien en una versión del mito no era otro que el esposo de Nü Wa, la madre de la humanidad. En la dinastía Han, la filosofía de Confucio, con base en la familia, fue elevada a política nacional. La palabra china para nación (“guo jia”) es una combinación de los caracteres que significan “estado” y “familia”.
En el manifiesto comunista, Karl Marx abogaba por la abolición de la “familia burguesa”, que reducía ostensiblemente a las mujeres a “meros instrumentos de producción”. Y en una forma similar a su idea de las naciones, Marx propugnaba la abolición de la familia y hablaba de una “comunidad de mujeres”. Estas ideas fueron precursoras de las ideas de liberación sexual que emergió a mediados del siglo XX.
Luego de tomar el poder en 1949, el Partido Comunista Chino (PCCh) intentó siempre que pudo socavar la familia china tradicional. De hecho, el primer matrimonio de Mao Zedong no fue feliz, lo que le provocó un odio personal hacia las viejas costumbres. En 1950, él personalmente ayudó a redactar la “Nueva ley de matrimonio”.
La Nueva ley de matrimonio sin duda agradó al discurso progresista moderno en los primeros tiempos de su mandato. Se deshizo del concubinato abierto, los dotes a la esposa, y los matrimonios arreglados. Al mismo tiempo, se alentaba la propaganda para alentar la libertad marital.
Pero como se describe en China’s Bloody Century (El siglo sangriento de China) de Rudolph J. Rummel, la aplicación de la Ley entre 1951 y 1955 “causó probablemente la angustia y el dolor emocional más grande en toda China”.
La Nueva ley de matrimonio, escribe Rummel, “aplicó retroactivamente. Esto significó reformar millones de matrimonios existentes, reforma que el partido realizó implacablemente en todos los niveles y en todas las organizaciones. Los matrimonios arreglados o que involucraron pagos en efectivo eran a menudo rotos o anulados; millones de familias fueron destruidas”.
Además, las parejas sólo podían casarse con la aprobación de las autoridades del partido comunista. El PCCh “sostiene que el matrimonio tiene un ‘carácter de clase’ y debe ser subordinado a la revolución. Por lo tanto, los hombres y mujeres de diferentes ‘carácter de clase’ y ‘posición política’ deben tener prohibido casarse entre ellos”, escribe Rummel.
Por todo el país, los altos mandos comunistas alentaban a los hombres y mujeres a involucrarse en “sesiones de lucha” contra sus esposas, maridos y sus familias. Esto pudo haber sido increíblemente traumático para todas las partes. Rummel cita una historia del periodo:
Los juicios y tribulaciones de las reuniones de lucha fueron responsables del suicidio e incluso asesinato de muchos. Las esposas que eran forzadas a quejarse de sus maridos volvían de las reuniones de lucha y se colgaban. Otras que iban a los altos mandos buscando ayuda para divorciarse, volvían y eran asesinadas por sus maridos. Los maridos se arrojaban a los aljibes con tal de no ir a las reuniones de lucha.
El costo de “racionalizar el matrimonio”, como lo puso Rummel, fue impresionante: casi 4 millones de casos de divorcio afectaron decenas de millones de personas. Estadísticas incompletas de diferentes provincias que capturan varios instantes de tiempo en el periodo de implementación de la Nueva ley de matrimonio muestran miles y decenas de miles de muertes. Una asociación china de mujeres estima que 300.000 personas perdieron la vida en el caos y la lucha; otras estiman hasta un millón.

Bajo la vista del partido

A la vez que cientos de miles murieron en el proceso de implementación de las regulaciones maritales, el plan radical del PCCh afianzaba su mando totalitario.
Como hace notar Rummel, el PCCh, comenzando con la Nueva ley de matrimonio, “puso virtualmente a todos bajo el control del partido, a la vez que debilitaba gravemente la familia tradicional china como fuente independiente de poder”.
No obstante, la propaganda del partido sobre el supuesto carácter emancipatorio de estas reformas sonaba a palabras vacías, ya que los altos niveles del liderazgo del régimen, incluyendo a Mao mismo, frecuentemente se daban el gusto con relaciones extramatrimoniales, abandonaban a sus esposas e hijos, y se entregaban a legiones de compañeras femeninas escogidas típicamente de grupos de arte y actuaciones militares.
En 1980, la ley de matrimonio china fue actualizada con enmiendas para la nueva política de hijo único. Un masivo aparato de planeamiento familiar nacional se estableció para controlar la población y la reproducción. Reggie Littlejohn, fundador y director de Derechos de la Mujer Sin Fronteras, opina que tal aparato fue un medio para reforzar la dominancia del Partido Comunista sobre las mujeres y familias chinas.
A principios de los 80, Steven Mosher, sinólogo estadounidense, realizó trabajo de campo en el sur de China, que reveló que las autoridades de planeamiento familiar estaban forzando abortos sistemáticamente, incluso a mujeres que se habían embarazado con anterioridad a que se promulgara la política de hijo único. En total, el PCCh estima que impidió unos 400 millones de “nacimientos en exceso” bajo esta política.
En 2015, enfrentando un declive demográfico nacional y desproporción de los sexos, las autoridades optaron por una política de dos hijos, pero los abortos forzados continuaron y la organización de planeamiento familiar aún existe, dando empleo a más de un millón de personas.

¿Quién fue liberado?

Tal como cuando el apoyo oficial del partido comunista a los trabajadores y campesinos resultó en una hambruna y muerte masiva, de igual forma la ocupación de las ideas progresistas y feministas por la propaganda comunista no produjeron, en general, mejoras para las mujeres chinas, o los hombres.
En la altamente comercializada sociedad china de hoy, que se basa en contactos y amiguismos, las dotes para la novia han vuelto: un fenómeno que refleja la relativa escasez de mujeres, quienes en su mayoría son abortadas o abandonadas en su infancia como resultado de las restricciones reproductivas y el deseo tradicional de tener un heredero varón. Entre la acaudalada elite política, ha emergido una forma de concubinato: muchos funcionarios y hombres de negocios tienen varias amantes. China tiene una tasa de suicidio femenino anormalmente alta; es uno de los pocos países donde las mujeres se suicidan más que los hombres.
Pero por sobre todo, el partido comunista dañó la institución de apoyo social sobre la que se han apoyado los chinos por miles de años para protegerse contra los desastres naturales o los de sus gobernantes.
“El individuo chino”, observa Rummel, “fue puesto en una nueva posición, de pie, sólo, sin nadie que lo proteja o que haga de intermediario entre él y el partido”.
Se estima que el comunismo ha matado al menos 100 millones de personas, no obstante sus crímenes no han sido recopilados y su ideología aún persiste. La Gran Época busca exponer la historia y creencias de este movimiento, que ha sido una fuente de tiranía y destrucción desde su surgimiento. Lea toda la serie de artículos aquí

El árbol creado en Alemania que absorbe la contaminación del aire en la ciudad como si fuese un pequeño bosque

El árbol creado en Alemania que absorbe la contaminación del aire en la ciudad como si fuese un pequeño bosque

CityTreeDerechos de autor de la imagenGREEN CITY SOLUTIONS
Image captionCada árbol, dicen sus creadores, brinda los servicios ambientales de 275 árboles naturales.
Un bosque condensado en un árbol.
Y no es un árbol cualquiera: es cuadrado, no tiene tronco y sus hojas son de musgo.
Es el llamado CityTree (o árbol de la ciudad), una estructura móvil creada por un grupo de diseñadores alemanes que busca mitigar uno de los problemas ambientales más graves que sufre el planeta: la contaminación del aire.
Cómo es el árbol de musgo que absorbe la contaminación
Según sus creadores, este árbol tiene la capacidad de absorber dióxido de nitrógeno y material particulado del aire como lo harían 275 árboles naturales.
Cada uno de ellos, dicen, absorbe 250 gramos de material particulado por día, y captura 240 toneladas métricas de CO2 al año.

Bajo mantenimiento

Desarrollada en Alemania, esta instalación es en realidad una pared de musgo,una planta acostumbrada a vivir sin tierra y que funciona naturalmente como un filtro del aire.
"El musgo puede acumular todas las partículas contaminantes y transformarlas en nutrientes", le explica a la BBC Liang Wu, cofundador de Green City Solutions, la compañía que desarrolló el árbol.
Hay cientos de especies de musgo. Las especies seleccionadas son las que más contaminantes absorben y las que se adaptan mejor a cada clima y ambiente, según cada ciudad.
Actualmente, estos árboles están en 25 ciudades en todo el mundo (Módena, Oslo, Hong Kong, Glasgow, Bruselas, y en varias ciudades alemanas).
LondresDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionMás del 90% de la población mundial vive en lugares donde la contaminación del aire excede los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Instalarlos demora unas 6 horas y su mantenimiento es sencillo. La instalación (que puede incluir un banco para sentarse) tiene paneles solares que le dan electricidad y un sistema para recolectar agua de lluvia que permite dosificar el riego.
El árbol tiene incorporados sensores que controlan la humedad del suelo, la temperatura del aire y la calidad del agua.
También tienen un sensor para medir la calidad del aire y evaluar su eficiencia.

¿Estrategia equivocada?

Todos estos beneficios tienen un costo.
Plantar y mantener un árbol tradicional cuesta alrededor de US$950 por década. Un CityTree supone un costo de US$28.000.
Muchos entonces se preguntan si no es mejor invertir estos esfuerzos -y dinero- en proyectos que ataquen directamente la fuente de origen de la contaminación y no sus consecuencias.
CityTreeDerechos de autor de la imagenGREEN CITY SOLUTIONS
Image captionEl árbol tiene un sistema para recolectar agua de lluvia que utiliza para regarse a sí mismo.


La increíble y polémica casa sobre una cascada de Frank Lloyd Wright, la "mejor obra de la arquitectura de Estados Unidos"

La increíble y polémica casa sobre una cascada de Frank Lloyd Wright, la "mejor obra de la arquitectura de Estados Unidos"

FallingwaterDerechos de autor de la imagenALAMY
Image captionEl agua se filtraba y el piso se hundió... pero aún así fue una verdadera obra maestra.
Chicago, 16 de octubre de 1956. Frank Lloyd Wright, entonces el más famoso arquitecto en Estados Unidos, organizó una conferencia de prensa en la que reveló la milla Illinois, un rascacielos con una altura que cuadriplicaba la del Empire State.
En junio de este año se cumplieron 150 años del nacimiento de Wright, quien entonces tenía 89, y con el museo Guggenheim en plena construcción en la Quinta Avenida de Manhattan, se mostraba más radical y provocativo que nunca.
El proyecto Guggenheim, controvertido por la forma del edificio, lo había hecho popular entre los medios de comunicación neoyorquinos e incluso había protagonizado un concurso de televisión ese verano.
Wright era sumamente inteligente y adelantado a su época, no sólo en lo que respecta a la arquitectura, sino también a la política y a la ética.
Era, sin duda, un maestro del sarcasmo.
Una vez le dijo a un cliente se lo llamó para quejarse de lluvia que se filtraba en el techo de su nueva casa —y caía en la mesa del comedor— que moviera las sillas.
Y cuando un tribunal de justicia le preguntó a qué se dedicaba declaró: "Soy el mejor arquitecto del mundo".
Cuando su esposa lo reprendió, él tan sólo le dijo: "No tuve elección, Olgivanna. Estaba bajo juramento".

Desprecio por la ciudad

Sin embargo, a pesar de la brillante ejecución de sus proyectos urbanos en Chicago y Nueva York y de la atención mediática, al octogenario Wright no le gustaban mucho las ciudades.
FallingwaterDerechos de autor de la imagenALAMY
Image captionEl American Institute of Architects declaró a Fallingwater "el mejor trabajo de arquitectura estadounidense de todos los tiempos".
Lo que le apasionaba realmente era la naturaleza.
El Illinois, diseñado para alojar a 100.000 personas, fue su manera de hacer frente a la expansión urbana, de tratar de escapar de la ciudad y poner a salvo a la naturaleza.
Pero aquel edificio nunca se construyó y Wright, con una carrera a sus espaldas que abarcaba tres cuartos de siglo, tuvo que construir un rascacielos, la Torre Price, de 19 plantas, que abrió sus puertas en febrero de 1956, en Bartlesville, Oklahoma.
Pero la fama mundial le llegó con el diseño de cientos de viviendas estadounidenses.
Una de ellas fue la Casa de la CascadaFallingwater, con la que dio un nuevo impulso a su carrera a mediados de los años 30, justo cuando llegó la Gran Depresión, sus críticos comenzaban a tacharlo de anticuado y una generación más joven se fijaba en el modernismo europeo —Bauhaus, Le Corbusier y Mies van der Rohe- que tomaba arraigo en Estados Unidos.
La Casa de la Cascada ha sido reconocida internacionalmente como una obra maestra.
Y está lo más arquitectónicamente cerca posible a la naturaleza.
Fue construida sobre una cascada. Y la roca sobre la que se asienta se eleva por dentro de la sala de estar.
Desde que fue entregada a la Conservación Occidental de Pensilvania (WPC) en 1963 y reabrió sus puertas como un museo, unos cinco millones de visitantes han ido hasta esta remota vivienda al sureste de Pittsburgh para admirar de cerca la obra que reavivó la carrera de Wright.

No es tan fácil lidiar con la naturaleza

El original y bello retiro en la montaña fue comisionado por Edgar J. Kaufmann, un adinerado propietario de unos grandes almacenes en Pittsburgh, y a su esposa —quien también era su prima—, Liliane Kaufmann.
El interior de FallingwaterDerechos de autor de la imagenALAMY
Image captionMucho el mobiliario en Fallingwater -como por ejemplo, en esta sala de estar- se incorporó a la estructura, de manera que el diseño interior se mantuviera fijo.
El diseño del Derechos de autor de la imagenWIKIPEDIA
Image captionCuatro veces más alto que el Empire State, dos veces más alto que el Burj Khalifa, el "Illinois", de 528 pisos, hubiera tenido ascensores impulsados por energía atómica.
Liliane se esforzó mucho en traer la alta costura parisina al medio-oeste de Estados Unidos.
Kaufmann había pensado en una casa con vistas a la cascada Bear Run, pero Wright insistió: "Quiero que vivas en la cascada, no que sólo la mires".
Así que, después de varios meses con Kaufmann a sus espaldas, Wright dio rienda suelta a su creatividad y produjo varios planos en un tiempo récord.
En ellos se veía una casa de tres plantas con un soporte voladizo sobre la cascada, con un atrevido diseño que combinaba hormigón, acero, vidrio y las piedras del lugar.
Era como si la casa estuviera entre los árboles, las rocas, el río y la cascada.
Su atrevido uso de los voladizos creó una división entre el arquitecto y su cliente, y Wright llegó a amenazar con renunciar.
Pero la parte frente al río comenzó a hundirse tan pronto como se eliminó el hormigón. La humedad se filtraba dejando moho a su paso y las luces del techo goteaban.
Aun así, Liliane, escéptica hasta entonces en cuanto al diseño, comenzó a apreciar la belleza de la Casa de la Cascada y su estructura.
La Price TowerDerechos de autor de la imagenALAMY
Image captionLa "Price Tower", en Baskerville, Oklahoma, y de 19 pisos, es el único "rascacielos" diseñado por Frank Lloyd Wright.
Dijo que veía desde la ventana "un árbol con ramas desnudas entrelazadas" en una carta que le escribió a Wright, "un sustituto de cortinas más que satisfactorio".
La Casa de la Cascada era, sin duda, una propuesta muy diferente a todo lo que había hecho hasta entonces.
Wright, que diseñó cada detalle de la casa, incorporó muchos de los muebles a las paredes.
Era, sin duda, una forma de hacer su gran obra maestra "a prueba de clientes".

Cambios de manos

Hoy los Kaufmann no están, pero los interiores de la casa permanecen en su mayor parte como Wright los diseñó.
La Casa de la Cascada se completó en 1938 y ocupó la portada de la revista Time ese enero. Era, según la revista, "la obra más bella" del arquitecto.
La casa de Frank Lloyd WrightDerechos de autor de la imagenALAMY
Image captionWright es más conocido por las casas que diseñó, incluida la suya propia, en Oak Park (Illinois), que construyó en 1889. Ahí vivió 20 años.
Su precio ascendía a US$155.000, el equivalente hoy día a US$2,7 millones. Wright se llevó una comisión de US$8.000.
El coste de la restauración urgente —se consideró que corría peligró de colapso— fue de más de US$11 millones.
En una café de Pensilvania cerca del lugar se lee: "Frank Lloyd Wright construyó una casa sobre el agua que cae, la cual no debería haber construido", aunque solo los más cascarrabias habrán pensado en el dinero que se gastó para protegerla para la posteridad.
Puede que la Casa de la Cascada haya tenido sus fallos, pero su belleza es trascendental. Y hoy, no tiene precio.

Una historia trágica

En 1952, Liliane se suicidó en la Casa de la Cascada. Edgar murió tres años más tarde.
Winslow HouseDerechos de autor de la imagenALAMY
Image captionSu primer trabajo grande para su propia firma fue la Winslow House, en River Forest (Illinois), que todavía se ve actual, a pesar de que fue construida entre 1893 y 1894.
Danforth ChapelDerechos de autor de la imagenALAMY
Image captionWright también trabajó con vitrales durante su carrera, incluidos los de la capilla Danforth en el Florida Southern College, cuyo campus diseñó.
Su hijo, Edgar Jr, quien fue aprendiz de Wright a principios de los años 30, heredó la casa, que compartió con su pareja, el arquitecto y diseñador español Paul Mayén, quien dio vida al centro de visitantes, el café y la tienda de regalos que abrió en 1981.
Fue Edgar Jr donó la Casa de la Cascada al WPC.
En cuanto a Wright, la famosa vivienda permitió reavivar su carrera y crear algo contra la influencia europea del modernismo que perduró durante años.
Se volvió un individualista comprometido y rechazó unirse al Instituto Estadounidense de Arquitectos.
Cuando alguien le llamaba "un viejo aficionado", Wright, que trabajó hasta que murió a los 91 años, tan sólo respondía: "Soy el más viejo".