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sábado, 23 de julio de 2016

EL ORÁCULO de DELFOS

EL ORÁCULO de DELFOS

En Delfos había caído el «ónfalos», la piedra que señalaba el centro del mundo.
Apolo fundó en Delfos uno de sus principales santuarios, después de vencer a la serpiente Pitó, que allí vivía, para apoderarse de su sabiduría. Estableció su oráculo, al que acudían los griegos para preguntar a los dioses sobre todo tipo de cuestiones, haciendo que una sacerdotisa, llamada Pitia o Pitonisa, en memoria de la serpiente Pitó, transmitiera las respuestas. Delfos llegó a ser el centro religioso del mundo helénico.
El santuario de Delfos se encuentra en la Fócida, provincia de Grecia Central, a 177 kilómetros al norte de Atenas y a 10 kilómetros de distancia del golfo de Corinto, a los pies del monte Parnaso, en medio de un paisaje que alterna campos de almendros con bosques de pinos.

EL ORÁCULO:
El oráculo se celebraba sólo el día 7 de cada mes, día considerado como la fecha del nacimiento de Apolo. Después de ofrendar un sacrificio en el altar que había delante del templo y pagar las tasas correspondientes, el consultante se presentaba ante la Pitia o Pitonisa y hacía sus preguntas.
La sacerdotisa de Apolo descendía al adyton subterráneo situado detrás de la naos o cella donde brotaba agua de la fuente Casiótide y se custodiaba el «omphalos» u ombligo del mundo.
La Pitia bebía agua de la fuente Casiótide, masticaba hojas de laurel y aspiraba los vapores que salían de una hendidura abierta en la roca para llenarse del «pneuma» de Apolo, entraba en trance y pronunciaba sus oráculos sibilinos, siempre confusos y ambiguos que los sacerdotes interpretaban y comunicaban a los consultantes.
Los griegos tenían una fe ciega en el oráculo, si se equivocaba decían que no se había interpretado bien lo que había dicho.
El rey Creso de Lidia que había preguntado por la guerra contra los persas recibió la siguiente respuesta del oráculo: «Si Creso cruza el río Halys caerá un gran reino». Creso lo interpretó como la destrucción de Persia y al mando de su ejército cruzó el río. El reino que cayó fue el suyo, conquistado el 546 a.C. por Ciro II, el Grande.
PITIA O PITONISA:
Las pitonisas eran elegidas entre mujeres de vida y costumbres irreprochables. El nombramiento era vitalicio y se comprometía a vivir para siempre en el santuario. Durante los siglos de mayor apogeo del oráculo se nombraron hasta tres pitonisas para poder atender las innumerables consultas que se hacían.
La primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo de Delfos se llamaba Sibila y su nombre se utilizó como sinónimo de esta profesión.

LA FUENTE CASTALIA:
De las rocas del monte Parnaso brotaban varios manantiales que formaban distintas fuentes. Una de las fuentes más conocidas desde muy antiguo era la fuente Castalia, rodeada de un bosquecillo de laureles consagrados a Apolo.

En el monte Parnaso y cerca de esta fuente se reunían las musas protectoras del canto y la poesía junto con las náyades o ninfas de las fuentes. En estas reuniones Apolo tocaba la lira y los dioses cantaban.
Reyes González  

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