RENACER CULTIRAL

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Solo la cultura salva los pueblos.

sábado, 19 de diciembre de 2015

El balance del año 2015 de Participación Ciudadana

El balance del año 2015 de Participación Ciudadana

Por acento.com.do . 19 de diciembre de 2015 - 12:04 am -  0
http://acento.com.do/2015/opinion/editorial/8309309-el-balance-del-ano-2015-version-de-participacion-ciudadana/
Participación Ciudadana celebra que este año ha crecido la lucha de la sociedad dominicana contra la corrupción y la impunidad y reclama un mayor protagonismo de todas las instituciones sociales para contener el deterioro institucional y la corrupción que corroe el alma misma de la nación
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Como cada año, Acento acoge en su sección editorial, el balance general del año, producido por Participación Ciudadana, porque lo consideramos un documento equilibrado y crítico, que responde al interés del buen gobierno para la sociedad dominicana, sin concesiones para ningún sector. Esta es la primera  y segunda parte del documento, tal cual ha sido entregado a los diversos medios de comunicación:
1.- Resumen general
El año que termina registró un inmenso deterioro  en la democracia interna de los partidos políticos que, en su mayoría, han escogido candidatos para las elecciones generales del 2016 sin observar los preceptos consagrados en la Constitución, la Ley Electoral y sus propios estatutos, y el interés reeleccionista doblegó el Poder Legislativo, mientras el Judicial entraba en una crisis tan profunda que se ha llegado a definir como un colapso.
Faltando a sus compromisos de campaña electoral y a numerosas declaraciones desde el gobierno, sobre los males que conlleva la reelección presidencial en un país de instituciones tan débiles, el presidente Danilo Medina desató una crisis en su propio partido y  usó el poder del Estado para doblegar a bloques enteros de legisladores, incluyendo hasta a algunos que poco antes adjuraban del continuismo, para realizar la trigésimo novena reforma de la Constitución a fin de posibilitar su repostulación,  dejando una estela de conjeturas sobre compra de conciencias y estimulando la descomposición del sistema partidista.
La corrupción y la descomposición se expandió por todo el cuerpo social de la nación, con múltiples escándalos de corrupción, como el destape de una red de extorsión en la asignación y cubicación de obras en la Oficina de Ingenieros Supervisora de Obras del Estado (OISOE),  detonada por el suicidio de una de sus víctimas, y la denuncia de una banda integrada por jueces, exjueces y empleados que según el Procurador General de la República traficaba sentencias en materias tan graves como narcotráfico, estafas y asesinatos, salpicando a los más altos funcionarios judiciales. El propio Ministerio Público fue blanco de denuncias sobre extorsiones.
Como agravante de la corrupción queda la impunidad prevaleciente ante múltiples denuncias de corrupción, siendo el caso más relevante el del senador Félix Bautista, secretario de Organización del partido gobernante, acusado de graves irregularidades que incluyen lavado de activos en manejo de más de 26 mil millones de pesos a quien una justicia demostradamente partidarizada se negó a someter a juicio a pesar de un escandaloso expediente elaborado por  la Procuraduría General, cuyo titular se negó luego a llevarlo hasta las últimas consecuencias en lo que pareció un pago político por contribuciones al acuerdo entre partidarios que abrió paso a la reforma constitucional, apenas cinco años después de haber sido prohibida por los mismos actores políticos.
Con un congreso dominado por un solo partido negado a adecuar la Ley Electoral al nuevo régimen constitucional y a aprobar una ley de partidos que se discute hace 17 años, con un incremento de la inseguridad ciudadana e incumplimiento de numerosas leyes de reciente aprobación, incluyendo la Estrategia Nacional de Desarrollo, sin lograrse la aprobación de los pactos Fiscal y de Electricidad que dispuso, la institucionalidad nacional pareció en proceso de debilitamiento.
Lo más positivo del año ha sido el comportamiento macroeconómico, con un crecimiento muy por encima del promedio regional, con bajas tasas de inflación y devaluación, así como relativa reducción del déficit en el intercambio comercial, pero a costa de nuevos déficits fiscales acumulados y un endeudamiento que para el próximo año el presupuesto proyecta sobre cinco mil millones de dólares, ratificando  el camino a la insostenibilidad económica de la nación.
Se reconocen los esfuerzos del gobierno por cumplir la Ley de Educación con  la inversión en ese sector del 4 por ciento del producto interno bruto, aunque muy concentrado en edificaciones. También los avances para establecer la cuenta única del tesoro nacional, los esfuerzos de la dirección de compras y contrataciones por mejorar la transparencia y limpieza en los contratos públicos, las auditorías de la  Cámara de Cuentas y un interés por mejorar los servicios de salud de la seguridad social.
Participación Ciudadana celebra que este año ha crecido la lucha de la sociedad dominicana contra la corrupción y la impunidad y reclama un mayor protagonismo de todas las instituciones sociales para contener el deterioro institucional y la corrupción que corroe el alma misma de la nación, a fin de crear nuevas expectativas sobre el devenir colectivo.
2.- Grave retroceso político e institucional
2.1.- Naufragio del sistema partidista
A lo largo del año hemos asistido a lo que podría definirse como el naufragio del sistema partidista dominicano, con un retroceso alarmante en la democracia interna de las agrupaciones políticas, en violación de principios constitucionales, legales y estatutarios que garantizan el derecho a elegir y ser elegido. Para Participación Ciudadana ha sido particularmente penoso el retroceso, porque durante los primeros procesos electorales  de este siglo fuimos invitados a observar las elecciones primarias de candidatos por los tres partidos que dominaron el escenario post Trujillo y hubimos de certificar importantes avances democráticos. Esta vez sólo el Partido Revolucionario Moderno convocó a todos sus miembros a elegir candidato presidencial tras una intensa competencia interna, sin que lo haya hecho aún para las candidaturas legislativas y municipales.
El retroceso más relevante se registró en el gobernante Partido de la Liberación Dominicana donde sus órganos directivos se auto prolongaron su mandato y decidieron la repostulación total del presidente de la República, de los senadores, del 92  por ciento de los diputados y de la mayoría de los alcaldes. Cientos de aspirantes a esos cargos, muchos de ellos con años de inversión de recursos en su promoción, quedaron lesionados en sus derechos, sin que se sepa cómo serán compensados. Para mayor infortunio la votación de las bases para elegir los candidatos a la mitad de las alcaldías y distritos municipales y a las regidurías y de 15 diputados, degeneró en confrontaciones, violencia, tramperías y robo de urnas, con balance de dos muertos y una docena de heridos.
Este año se asistió a la subordinación del Partido Revolucionario Dominicano, el de mayor vigencia en la historia nacional, con tres cuartos de siglo de existencia, y que habiendo obtenido el 47 por ciento de los votos en la última elección presidencial pasó a respaldar la repostulación del presidente Danilo Medina, renunciando a un principio que sustentó desde su fundación. Para ello su candidato presidencial renunció a una postulación que había obtenido con claras deficiencias democráticas y  firmó un pacto con el partido gobernante, dejando denuncias de tráfico de prebendas y compras de conciencias con los recursos públicos. Todo ello fue consecuencia de la profunda división sufrida por el PRD el año pasado tras haber sufrido un deterioro de los mecanismos democráticos.
El regateo público de cargos con que los partidos dominantes han encaminado el proceso de alianzas para los comicios del 2016 ha demostrado graves dolencias en un sistema político donde lo que importa es obtener posiciones para el ascenso individual, dejando escaso espacio para los debates ideológicos y programáticos. Ha sido particularmente relevante el caso del Partido Reformista Social Cristiano que primero apoyó la reforma constitucional para posibilitar la repostulación del presidente Medina, y pasaron meses discutiendo en público una posible alianza, para terminar haciéndola, pero con el Partido Revolucionario Moderno.
2.2.- Acusado deterioro institucional    
Con la crisis de los partidos políticos, la subordinación del Congreso al interés continuista del presidente con otra reforma constitucional oportunista, y el escándalo que sacude a la justicia no hay dudas de que el país sufrió este año un acusado deterioro institucional, con grave deterioro de la seguridad ciudadana, y debilitamiento de los órganos estatales encargados de contener los excesos,  abusos y violaciones de las leyes. La Policía Nacional prosiguió, aunque con relativa reducción, su política de exterminio de delincuentes, con ejecuciones sumarias, mientras parte de sus miembros, como de las Fuerzas Armadas, seguían apareciendo vinculados al narcotráfico y otras manifestaciones delincuenciales, incluyendo bandas de sicarios.
Los legisladores concentraron su interés en buscarse repostulaciones, abusado de recursos públicos, como los fondos para “asistencia social”, denominados barrilitos y cofrecitos, sin cumplir su responsabilidad de fiscalizar las actuaciones de los otros órganos del Estado. El Congreso ha dejado pasar otro año sin aprobar la Ley Orgánica del Régimen Electoral dispuesta por la Constitución del 2010 y la Ley de Partidos que se viene consensuando desde 1998, pese a los reclamos de la Junta Central Electoral, de partidos minoritarios y de gran parte de la sociedad civil y la opinión pública.
En los municipios se registra también retroceso en la correcta aplicación del presupuesto participativo y en las proporciones de sus recursos que deben destinar a inversión, como consecuencia de la proliferación de nominillas de activistas para las repostulaciones y búsqueda de otros cargos legislativos. El gobierno mantuvo congelada la asignación presupuestal a los municipios, que no alcanza a la mitad del 10 por ciento de los ingresos fiscales, establecido por ley.
2.3.- Múltiples leyes incumplidas  
El deterioro institucional se manifestó también en la multiplicidad de leyes que siguieron sin ser acatadas total o parcialmente, resaltando la de la Estrategia Nacional de Desarrollo. El año concluye sin que se haya aprobado el Pacto Eléctrico, lo que, según la normativa,  debió ocurrir en el 2013, y ni siquiera está en discusión el Pacto Fiscal, que estaba pautado para el 2015. Tampoco se cumplió este año el mandato de la Estrategia de elevar en el 2015 el gasto en salud al 2.8 por ciento del producto interno bruto. A la pobre inversión en salubridad, menor al 2 por ciento, se atribuye el incremento de muertes y afectados por epidemias prevenibles como el dengue, que este año ha causado más de un centenar de víctimas, y la prevalencia de altas tasas de mortalidad y morbilidad materno-infantil, de las mayores de la región.
Hay que dar crédito al gobierno porque por tercer año consecutivo ha cumplido la Ley General de Educación en cuanto dispone la inversión en este sector del 4 por ciento del producto interno bruto, igual se reconocen algunos esfuerzos por mejorar la aplicación de la Ley General de Seguridad Social.
Pero este año, siguió congelada la aplicación de leyes como la de Administración Pública, la de Capitalización del Banco Central y la Ley de Salarios del Sector Público, cuyo reglamento, según su mandato, debió promulgarse 6 meses después de su entrada en vigencia en agosto del 2013, lo que aún no ocurre.
Es relevante que pese a numerosos reclamos de la Cámara de Cuentas, todavía a mediados de noviembre más de dos mil funcionarios no se habían acogido a la Ley 311-14 sobre Declaración Jurada de Patrimonio. Y por tercer año consecutivo el gobierno del presidente Medina viola su propio decreto No. 486-12 del 21 de agosto de 2012, que obliga a todos los funcionarios públicos que deben presentar declaración jurada de bienes, a entregar “un informe financiero anual”, a fin de evaluar la consistencia con su declaración. Estos informes nunca se han presentado.
Ante este panorama la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG), a pesar de que cambió de titular, sigue sin justificar su existencia y sobre todo sin cumplir la mayoría de las 42 funciones que le asignó el Decreto 486-12.
A lo largo del año la imagen del país siguió afectada por las consecuencias de apatridia derivadas de la sentencia del Tribunal Constitucional que desnacionalizó a decenas de miles de descendientes de haitianos nacidos en el país. La Ley 169-14, concebida para reducir el daño devolviendo la nacionalidad a los que la habían obtenido antes de la Constitución del 2010, siguió su lento cumplimiento. En junio la JCE publicó una lista de 55 mil personas a las que se les devolvían sus actas de nacimiento  y por tanto el acceso a los derechos ciudadanos, pero el proceso de entrega ha seguido bajo denuncias de arbitrariedades y las propias autoridades reconocen que apenas entre 10 y 15 por ciento han logrado su documentación.
Con múltiples avatares el gobierno concluyó en junio el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros que había iniciado el año pasado. Tras mantener una lista de requisitos tan exagerada que apenas lo pudo completar el 2 por ciento de los solicitantes del estatus de inmigrante, al final se les expidió un carnet temporal a todos los registrados, lo que podría concluir en la regularización de unos 300 mil. Se reconoce que el gobierno ha realizado esfuerzos por evitar las deportaciones masivas y arbitrarias, especialmente de los nacidos en el país, pero la apatridia que sufren miles de estos sigue siendo un elemento de denuncias nacionales e internacionales pendiente de solución.

Juez Ciprián dice traslado es una trama en su contra que involucra a Yeni Berenice

Juez Ciprián dice traslado es una trama en su contra que involucra a Yeni Berenice

Por Kharla Pimentel /Acento.com.do. 19 de diciembre de 2015 - 8:00 am -  14
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"El juez de la Primera Sala del Tribunal Superior Administrativo, Rafael Leonidas Ciprián Lora fue trasladado como juez primer sustituto de la Segunda Sala Corte de Trabajo del Distrito Nacional, con efectividad al día lunes 21 de diciembre del 2015".
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Foto: Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- “Me pueden matar, pero jamás deshonrarme”, escribió en su cuenta de twitter el juez de la Primera Sala del Tribunal Superior Administrativo, Rafael Leonidas Ciprián Lora, luego de ser trasladado a Primer sustituto de la Segunda Sala Corte de Trabajo del Distrito Nacional.
Ciprián Lora calificó dicho cambio como una trama contra él, en la cual están utilizando a la procuradora fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, ya que supuestamente esto se llevó a cabo luego de las declaraciones emitidas por esta acerca de actos de corrupción en otras jurisdicciones del Poder Judicial.
El juez pidió mediante su cuenta en la afamada red social Twiter a la magistrada, que aclare lo dicho por que le hace daño a su imagen pública, y además que es falso.
Asimismo, mediante una declaración pública aseguró que luchará hasta el final para que se respete la independencia y la dignidad del juez dominicano, y así haya verdadera justicia.
“Sí las autoridades del Poder Judicial pueden trasladar jueces y degradarlo a su antojo, en franca violación del debido proceso y de todo el orden jurídico, entonces los jueces estarán de rodillas”, redacta la declaración pública.
Declaración pública del magistrado Rafael Ciprián
Ya quemé las naves. No hay retroceso.
Decreto traslado juez Rafael CipriánYa basta de humillaciones sin nombre y de chantajes de poder.
Lucharé hasta el final para que se respeten la independencia y la dignidad del juez dominicano, para que haya verdadera justicia, para que los jueces dicten sentencias conforme al Derecho y no a la orden superior, y unos pocos lo suelen hacer para sobrevivir en el sistema judicial que sufrimos, granjearse afectos de superiores, ascensos y otras prebendas.
Sentaremos un precedente contra la arbitrariedad del poder, el abuso y el autoritarismo, para que haya justicia verdadera en el país, lo que generará la verdadera democracia y esto permitirá que los dominicanos vivan con decoro en esta tierra de mejor suerte.
Todos los abogados de la República que estén de acuerdo con estos altos objetivos que cierren fila a favor de ellos; son propósitos de alto interés social y de urgente necesidad nacional.
Agotaremos todas las acciones y recursos que el sistema jurídico pone a nuestro alcance, tanto en lo nacional como en lo internacional.
Es hora de que digamos basta ya a una justicia encadenada y narigoneada.
Si las autoridades del Poder Judicial pueden trasladar jueces y degradarlo a su antojo, en franca violación del debido proceso y de todo el orden jurídico, entonces los jueces estarán de rodillas, no pueden ser independientes, y nadie estará seguro en este país, porque la venganza privada sustituirá la justicia institucionalizada inexistente.
Si los jueces no pueden ser objetivos, imparciales e independientes porque la espada de Damocles reposa sobre sus cabezas en forma de sanciones, la justicia es una ficción de muy mal gusto. Y el desarrollo económico, social, institucional y político será imposible de alcanzar. Ni la inversión extranjera, ni la nacional confiarán en la sociedad actual.
Los dominicanos tenemos derecho a que se nos respeten los derechos fundamentales, a que se respete la Constitución, a que el sistema jurídico funcione sin castraciones.
!Es la hora de decir no a la barbaridad con poder!
Cada uno labra su destino. El mío está planteado aquí y sin regreso.

El desacertado consejo del Presidente Medina

El desacertado consejo del Presidente Medina

Por Carmen Español. 19 de diciembre de 2015 - 12:09 am -  24
http://acento.com.do/2015/opinion/8309479-el-desacertado-consejo-del-presidente-medina/
Deben plantearse y resolverse pensando sólo en el bien común. El primero de ellos es la creciente cultura de violencia, ya que salir a la calle y regresar sano y salvo a su casa parece ser una lotería.
Carmen Español

Carmen Español

Egresada de Mercadeo con grado de maestría en Administración Estratégica en la PUCMM.
El presidente Medina se robó la atención de los lectores más distraídos que seguían las noticias sobre el asesinato de Juancito Sport. En un momento en que la prensa luchaba por conseguir la última actualización de información sobre este lamentable hecho, Danilo logró llegar a los titulares dejando boquiabiertos a todos, incluyendo probablemente hasta al más fiel creyente de la fe cristiana.
Graduándose de ingenuo o de ingenioso, Danilo Medina aprovechó a los periodistas, a quienes había ignorado por varios meses, para llamar a los dominicanos a ‘acudir a Dios’, en lugar de hacer referencia a los principales problemas que han estado arrastrando a los ciudadanos de este país a la miseria, no sólo económica, si no también emocional, y que se pueden ver claramente en este caso.
Prácticamente eliminando por completo todas las informaciones de primera plana sobre los jueces y fiscales que nos han hundido un poco más, el asesinato del que fuera alcalde de Santo Domingo Este nos recuerda, una vez más en este año, que tenemos que tomar decisiones que se traduzcan en acciones que puedan sacarnos de este hoyo en el que nos estamos metiendo. Hacer lo que nunca se ha hecho, ya que la respuesta del Presidente fue la más ligera y sosa que pudo dar en este momento tan crítico que vivimos como sociedad.
Poniendo a un lado las razones personales que llevaron al asesino a cometer un acto tan irracional y doloroso, o del motivo que tuvo Juancito Sport o su hermano para arrinconar a ese señor como según se dice, me pregunto ¿qué pasa por la cabeza de todos esos políticos que fueron a llorar la partida de su compañero cuando este hecho no es más que un reflejo de lo que nos estamos convirtiendo porque ellosno están haciendo su trabajo si no que van a comer, dormir, y a vivir la vida de los Dioses con el dinero que producen los que sí trabajan? ¿Vivir con tanto despilfarro en un país donde sólo parece importar el dinero? Dejen a Dios tranquilo, que nadie puede hacer nada por nosotros si nosotros no estamos dispuestos a cambiar.
Hay tres aspectos fundamentales que giran en torno a este hecho que deben ser discutidos con mayor profundidad y ser tratados de manera objetiva en lugar de apelar a Dios para resolver los problemas que ha creado el hombre.
Deben plantearse y resolverse pensando sólo en el bien común. El primero de ellos es la creciente cultura de violencia, ya que salir a la calle y regresar sano y salvo a su casa parece ser una lotería. La vida parece ir perdiendo el valor a medida que surgen máquinas devoradoras de dinero suyo y ajeno, sin importar cómo lo producen o de dónde lo sacan.
La violencia no sólo viene de parte de los delincuentes, viene con la prepotencia que sienten los políticos y narcotraficantes por tener el poder en sus manos, viene de la arrogancia de aquellos que se creen superiores a los demás porque tienen un arma, de la ambición de los que se juegan el todo por el todo y de la porquería de educación que nos gastamos en las escuelas y en muchos de los hogares, sobretodo, y sólo hay que sobornar a un juez para salir libre luego de cometer un homicidio si es que atrapan a uno. Prohibir las armas sería un error, porque encarecerían los precios de las que son fabricadas en patios y crecería el mercado negro.
En segundo lugar, hay que poner un alto a la prensa amarillista. Los negociantes de las noticias quieren generar más dinero lanzando primicias y noticias sin filtrar. Parecen aves de rapiña que gozan de pasar videos de gente desesperada, metiéndose en funerarias y haciendo fiesta de gente en situaciones tan desgarradoras. Todas estas ‘noticias’ son pasadas en cualquier horario, además de que una gran parte de la población repudia estas acciones. No tienen piedad. No se respeta el dolor, los llamados reporteros se empujan, se dan codazos, los medios publican fotos crudas de los cuerpos, alimentando a las mentes morbosas y a los chismosos en lugar de hacer un reportaje honorable.  Peor aún, es hasta sensacional que se muera alguien para aparecer llorando en las revistas que reseñan el glamoroso entierro, por lo que nosotros como ciudadanos tenemos que revisarnos también.
Otro aspecto es el estado de desesperación al que estamos llegando los dominicanos. Despertarse es un estrés, desde amanecer con problemas de agua y luz, y seguridad, seguido por meterse a la jungla que le llaman calles llenas de chivos que nunca han visto un manual del conductor, problemas en el trabajo, servicios públicos y privados caros y que no sirven, y sin tener a quién recurrir, y producir dinero honradamente es cada vez más difícil. No hay justicia, no hay orden, no se siguen las reglas ni las leyes, y luego aparece uno que pierde la cabeza porque tanto le da la gota al cántaro hasta que le hace un hoyo.
¿A lo que estamos viviendo le llamamos ‘progreso’? Dios no va a venir al Congreso a votar por leyes que puedan cambiar el rumbo de nuestra sociedad. Hay que poner un alto a la corrupción y hay que tener y aplicar leyes más duras para castigar la violencia, como también que los mismos medios de comunicación sea hagan conscientes del rol que están jugando porque libertad de prensa puede ir de la mano con una prensa socialmente responsable, y finalmente hay que quitarle presión a la población dominicana antes de que esto estalle. Le gente tiene que empezar a sentir respeto en lugar de sentirse dueños de este país. Nuestra situación es producto del desorden con el que estamos ‘progresando’.
Juan de los Santos fue enterrado con todos los honores, su seguridad fue enterrado en un humilde cementerio, y Luis Esmerlin Feliz pasó a la historia en una tumba sin nombre. Tres familias destrozadas para siempre, y una situación que pudo tener otro final. La vida continúa mientras esta historia pasa al cuadrito más pequeño de la prensa dominicana hasta desaparecer, porque hasta la ciruela pasa.

Los Responsables de la dictadura de r MedinaTrujillo: un libro de Vícto Benet

Los Responsables de la dictadura de r MedinaTrujillo: un libro de Vícto Benet

Por Alejandro Paulino Ramos. 19 de diciembre de 2015 - 2:00 pm -  0
http://acento.com.do/2015/cultura/8309531-los-responsables-de-la-dictadura-de-trujillo-un-libro-de-victor-medina-benet/
El regreso del presidente Vásquez, todavía convaleciente, evitó la consumación del mismo. Sin embargo, el 23 de febrero las fuerzas oposicionistas lideradas por Trujillo y Rafael Estrella Ureña ejecutaron el derrocamiento del viejo caudillo.
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Foto: Horacio Vásquez, presidente de la República 1924-1928
“Los Responsables: Fracaso de la Tercera República”, libro de la autoría de Víctor M. Medina Benet, fue puesto en circulación el 2 de agosto de 1973, doce años después de finalizada la tiranía. Por sus declaraciones a la prensa dominicana se colige que el libro creó alguna molestia en esferas oficiales y hasta se llegó a rumorar, de acuerdo a como lo señala el periódico El Caribe del 8 de enero de 1975, que su autor iba a ser impedido de ingresar a la República Dominicana, aunque Migración negó la especie y él pudo visitar el país en enero de 1974.
El libro fue escrito, de acuerdo a su autor, en los días que él era empleado de la Embajada de los Estados Unidos, entre 1930 y 1949 y se desempeñaba como escribiente de una oficina que era “en realidad un centro político, tanto del gobierno como de los contrarios”. Esto da importancia a los relatos de Medina Benet, especialmente para el período que va desde el golpe de Estado contra Horacio Vásquez en febrero de 1930  hasta meses de agosto cuando Trujillo fue juramentado como presidente de República Dominicana.
Se podría entender que las informaciones referidas al gobierno de Horacio Vásquez el autor las obtuvo, además de los periódicos y libros relacionados con el tema, de la Legación Americana, pues aunque llegó a Santo Domingo desde su natal Puerto Rico en 1928, fue a partir de 1930 cuando entró en contacto con la documentación que le sirvió de apoyo.
La motivación para publicar Los Responsables, explica Medina Benet, tuvo relación con los abusos que cometía el gobierno de Trujillo contra dominicanos y puertorriqueños, pero personalmente,– dice él—“no tengo hachas que amolar: no tengo intereses personales ni políticos que defender o proteger”. Sin embargo, coincide el malestar que le produjo la actitud del dictador en aquellos años, con su participación en protestas antitrujillistas organizadas más tarde en Puerto Rico, como lo apunta Bernardo Vega en la introducción de la obra.
Estaba estimulado, además, en el interés de “profundizar en la causa que motivó el fracaso de la Tercera República”, y en el deseo de que los responsables del fracaso del gobierno de Horacio Vásquez y del ascenso de Trujillo a la presidencia, fueran “conocidos por el pueblo”:  “Cuando toca mencionar a las personas por sus nombres, nuestro índice tiene (…) que señalar al presidente Horacio Vásquez, como el primer responsable del fracaso”. (…). El Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica”–por rechazar la responsabilidad de oponerse a la prolongación y a  la reelección–, Federico  Velázquez y su partido Progresista, por  “cargar con una buena parte de culpa en el estado de cosas que dio lugar al golpe de Estado de1930”.
Horacio Vásquez electo de la República y Don Federico Velásquez y Hernández, Vicepresidente electo
El libro contiene 21 capítulos y se inicia con una valoración muy positiva de lo que significó el gobierno de Ocupación Americana, pasando por los conflictos políticos del período 1924-1930, entre ellos los desatados alrededor de la Convención dominico-americana de 1924, las contradicciones entre el presidente y el vicepresidente de la República, la Prolongación del período de gobierno de cuatro a seis años, la Reelección y los conflictos internos en el partido de gobierno, para concluir  con el golpe de Estado y las elecciones de mayo de 1930 que abrieron las puertas a la dictadura de Trujillo.
La condescendencia de Víctor Medina Benet con el gobierno americano de ocupación queda establecida desde principio de la obra, con palabras en las que no aparecen reproches ni informaciones que pudieran prestarse a recriminaciones contra el gobierno militar, sino todo lo contrario. Veámoslo con sus propias palabras:
“El interventor dejaba en sus manos un país relativamente prospero y un pueblo política y económicamente rejuvenecido, y consciente de las bienandanzas del orden y de la disciplina, como secuela de las duras pero fructíferas lecciones de la intervención militar norteamericana. Figuradamente, el país semejaba un edificio en franco progreso de restauración, cuyos cimientos habían sido reforzados durante los ochos años de gobierno militar (…). Fue durante la Intervención que, acaso por primera vez, el erario nacional conociera de positiva prosperidad bajo una organización eficiente y honesta. Pronto el gobierno en bancarrota dejado al país por las ultimas administraciones nativas resurgió rebosante de palpable vitalidad económica”.
De la ocupación, Medina Benet destacó las que consideró obras de progreso, las medidas en el campo educativo, salud pública, obras públicas, pago de los sueldos con puntualidad, y, cito,  “Así que lo permitieron las circunstancias, el gobierno militar se dio a la tarea de remediar el mal y el resultado fue una obra sencillamente gigantesca. (…). A pesar de los reconocidos desaciertos de la Intervención—los que no refiere con claridad—nunca  hasta entonces el país había conocido una época como ésta de progreso, de orden y de honradez administrativa y, sobre todo, de paz, tan indispensable al bienestar y el progreso de los pueblos (…). La Intervención fue, a nuestro entender, aparte de los motivos políticos, una lección objetiva de progreso y eficiencia administrativa en un marco de paz, lección que por desgracia fue pronto echada en el saco del olvido”.
Horacio Vásquez, Jefe Supremo del Ejército acompañando del Brigadier Trujillo, durante las maniobras militares en el Gimnasio Escolar.
Y aunque no profundiza en el tema, al tratar la actitud mantenida por el nacionalismo durante la ocupación, los señala como interesados en querer borrar todo los aportes del gobierno americano, que  “en un arranque idealista de exagerado patriotismo que se parapetaba tras aquello de la pura y simple evacuación y nada más. Afortunadamente, a pesar de los desaforados clamores de los nacionalistas fue posible negociar la evacuación en términos prácticos, lógicos y dignos”.
Esa actitud del autor de Los Responsables es criticada por Juan Isidro Jimenes Grullón en el tercer volumen de su Sociología política, al decir que Medina Benet en su libro hizo una defensa de los principales funcionarios de la Legación Americana, y lo acusó de ser “servidor del imperialismo” que aparentó “ceguera ante el doble juego de Washington y se vio obligado a inventar (…) hechos que no se produjeron”, además de justificar actitudes y callar otras informaciones.
Además de estos aspectos, que podrían ser discutidos, el autor de Los Responsables aporta significativos testimonios e informaciones que resultan imprescindibles a la hora de analizar el período de gobierno del general Horacio Vásquez y la participación política de los principales actores de lo que el llamó el “fracaso de la tercera República”. Sin el estudio sereno de lo planteado por Medina Benet en cada una de las coyunturas del período, se haría casi imposible explicar situaciones que fueron determinantes en el ejercicio de poder y la manera en que el gobierno y el liderazgo político abordaron los conflictos de cada momento.
Pongamos el caso de las elecciones de 1924, celebradas bajo el cuidado de la Legación Americana, y ganadas por la alianza Nacional-Progresista que llevó a  Horacio Vásquez y Federico Velásquez a la presidencia. En los periódicos de entonces están las noticias y acusaciones de un posible fraude contra Francisco J. Peynado y la Coalición Patriótica de Ciudadanos, que se diluyeron rápidamente. La aceptación de la derrota de parte de Peynado, es vista por Medina Benet como actitud patriótica negadora del pasado, que situó a este político entre los destinados para ocupar  el pedestal de los “inmortales de la Patria”. Benet mostró su admiración y simpatía por Francisco J. Peyando, un político que siempre fue visto como muy cercano al poder político de los Estados Unidos y sus intereses económicos en el país, proclamando que este tipo de líderes son “los que la Republica Dominicana necesita con insistente urgencia”.
Horacio Vásquez, rodeado de sus Secretarios de Estado.
La Alianza triunfante en las elecciones estaba sustentada en el repartimiento de los cargos públicos y congresionales. Velázquez esperaba también el apoyo del Partido Nacional al Partido Progresista para las elecciones de 1928, pero la ruptura de la Alianza se produjo antes de ese año. Para Benet, dos eran las razones que llevaron al rompimiento: la primera,  la agresividad del Partido Nacional en manos de José Dolores Alfonseca y segundo, la “carencia de decisión, agresividad y coraje en las filas progresistas”. El interés de José Dolores Alfonseca, importante dirigente del Partido Nacional, en ser señalado por Horacio como posible candidato en esas elecciones, dificultaron y se puede decir que promovieron el alejamiento entre Vásquez y Velásquez. Si el Partido Nacional apoyaba a Velásquez, las aspiraciones de Alfonseca tendrían que ser relegadas. Tal vez por esa razón es que Medina Benet considera que la ruptura de la Alianza fue un triunfo personal de este hábil político.
El rompimiento entre Vásquez y Velásquez trajo como colofón la consolidación de las relaciones entre la Coalición Patriótica de Ciudadanos y el Partido Nacional, sustituyendo en la administración pública y en el Congreso, a las fuerzas velazquistas. Federico Velásquez, acostumbrado a brindar sus servicios políticos a los Estados Unidos terminó viajando a Washington a “plantear el caso” de la prolongación (…) para que Horacio fuese llamado a capitulo”,  preocupando a  “círculos gobiernistas”.
Las habilidades de Alfonseca y la utilización de los recursos del Estado, lo llevaron a desarrollar una agresiva política para atraerse a importantes oposicionistas de los Partidos Progresista, Coalición Patriótica y del Nacionalismo, muchos de los cuales, dice Benet, figuraban “ya en las nominas del gobierno”, entre ellos a Rafael Estrella Ureña, fundador del Partido Republicano que encabezó el golpe de Estado contra el general Vásquez.
Sobre la decisión del Partido Nacional, para imponer la prolongación 1928-1930, contó con la pasividad del Departamento de Estado, por lo que Medina Benet critica a Washington por plantear la posición de “que la prolongación era un asunto político puramente dominicano que debía ser resuelto por los propios dominicanos”, y eso hizo, dice el autor de Los Responsables, que el gobierno comenzara perderle el “respeto y el miedo a Tío Samuel”, mientras que el Progresismo que con Velásquez al frente esperaba otra actitud de los Estados Unidos, terminó sintiéndose defraudado. Velásquez, sin propuesta política y virtualmente solo, se aisló de la política dominicana y se refugió en Puerto Rico hasta sentir que los dominicanos habían olvidado aquella humillación.  Por esta razón Benet señala a Federico Velázquez como un hombre al que le falta masculinidad política cuyo espíritu combativo se encontraba en franco deterioro.
Mansión presidencial utilizada por el presidente Horacio Vasquez.
En cuanto a Rafael L. Trujillo, a quien no señala como responsable del fracaso de la Tercera República, Benet dice que fue Vásquez el responsable de su recelo y se prestó a las maniobras de Trujillo para que este ascendiera en el escalafón militar. De modo que Trujillo, a base de artimañas  “le entró a Horacio por el ojo derecho” ganándose su confianza.
Sobre el problema de la corrupción en el gobierno de Horacio Vásquez, Medina Benet pone como ejemplo de importancia la lucha que se dio en torno a la sustitución del director de Obras Publicas, un funcionario americano que ocupaba el puesto desde los tiempos de Ramón Cáceres. Con la llegada de Horacio a la presidencia se activaron los intereses de su partido con “el propósito de rescatar de manos de Mr. Caton la Dirección de Obras Publicas” para repartirse los empleos y para “lucrarse por medio de transacciones fraudulentas con las compras de equipos y materiales de construcción a expensas de los dineros del pueblo”. Esta sustitución fue considerada por Luis F. Mejía como “un triunfo resonante” del gobierno. Tal vez porque era a través de esta Dirección que se manejaba parte del empréstito contratado en 1924. La palabra empréstito, dice Benet, estaba “asociada con el peculado y la corrupción administrativa”.
Otro aspecto destacado por Medina Benet en Los Responsables: fracaso de la Tercera República, es la falta mostrada por la oposición política y la ausencia de un líder  que  hiciera “posible la fusión de los distintos grupos de oposición”. Esta invertía su tiempo en la búsqueda del “hombre” que lo unificara y sacara el país de la crisis, que a partir de 1929 se hizo más apremiante. Entre los nombres barajados se encontraban el de Juan Bautista Vicini Burgos, Federico Velázquez, Rafael Estrella Ureña  y el de Rafael L. Trujillo.
No deja de ser interesante en el largo relato de todos estos acontecimientos, los conflictos generados al interior del partido de gobierno, especialmente los escenificados por Martin de Moya, funcionario muy cercano a la esposa del presidente y José Dolores Alfonseca, presidente del Partido que acaudillaba Horacio Vásquez. El problema era que el viejo caudillo jugaba a la politiquería, enfrentándolos y a la vez ofreciéndole a uno y a otro las posiciones que él entendía ellos esperaban ocupar.
Esta tensa situación motivó estrategias políticas que pasaron tanto por la prolongación como por el intento continuista de Vásquez, en las que el sector moyista pudo maniobrar para proponer a Vásquez como fórmula para neutralizar al doctor Alfonseca.  Las tramas tejidas en el enfrentamiento entre Moya y Alfonseca son presentadas de manera detallada en el libro que estamos comentando, como también las referidas al enfrentamiento Trujillo-Alfonseca, situación más compleja y peligrosa que implicaba el enfrentamiento con quien tenía en sus manos la posibilidad de usar a su favor los recursos económicos y militares que les daban su condición de jefe de la Policía Nacional.
Juramentación de Trujillo y Rafael Estrella Ureña en 1930
En cuanto a la reforma a la constitución, para facilitar la permanencia de Horacio en la presidencia, esta fue resultado de la alianza  del Partido Nacional con la Coalición Patriótica de Cuídanos y se produjo en el momento en que comenzaba a sentirse la crisis económica mundial, lo que también coincidió con los enfrentamientos a lo interno del Partido Nacional y la grave enfermedad del presidente Vásquez. Esta última llevó al viejo caudillo a tener que salir del país para someterse a una peligrosa intervención quirúrgica, el día después de su proclamación como candidato reeleccionista. Ese hecho, indudablemente, fue la señal esperada para que afloraran las intenciones presidenciales de Trujillo, pues de producirse el fallecimiento de Vásquez en los Estados Unidos, la presidencia sería ocupada de inmediato por el doctor Alfonseca, su enemigo personal. En los planes de Trujillo, se dice que también formaba parte Martin de Moya.
El esperado fallecimiento del presidente no se produjo, pero los planes se adelantaron para proclamar el 9 de febrero, el golpe de Estado. El regreso del presidente Vásquez, todavía convaleciente, evitó la consumación del mismo. Sin embargo, el 23 de febrero las fuerzas oposicionistas lideradas por Trujillo y Rafael Estrella Ureña ejecutaron el derrocamiento del viejo caudillo. Solo los partidos Nacional y Progresista no participaron en la asonada, lo que facilitó posteriormente una reedición  de la Alianza Nacional-Progresista para intentar evitar el triunfo de Trujillo en las amañadas elecciones de mayo de 1930, pero ya era demasiado tarde.
Horacio Vásquez
Llegado a este punto, podemos ya retomar el titulo de la obra que estamos comentando:  Los Responsables: Fracaso de la Tercera República.  Víctor Medina Benet dice que entre ellos sobresalieron: Horacio Vásquez, el principal responsable y culpable de “la era negra que le tocó vivir al pueblo dominicano”; 2) el Departamento de Estado de los Estados Unidos por rechazar sus responsabilidades frente a la prolongación, la reelección y la vacilación frente a los intereses electorales de Trujillo; 3) Don Federico Velázquez y su Partido Progresista, por ser de los propiciadores del “estado de cosas que dio lugar al golpe de Estado, por su abulia y pobre liderato de la oposición”. También habría que mencionar como corresponsables, porque así va quedando evidenciado en el desarrollo de este interesante libro, a José Dolores Alfonseca, Martin de Moya, y Rafael Estrella Ureña.
Dos actores importantes en la trama que llevó la Tercera República, a mi parecer son ignorados como tales: 1) Rafael L. Trujillo, el principal beneficiado de la crisis y 2) el sector industrial extranjero, principalmente el azucarero; pero la actitud antigobiernista de este sector económico espera por estudios que demuestren lo que aquí estoy observando.
(Palabras pronunciadas el 20 de noviembre del 2013, en la Academia Dominicana de la Historia, el 20 de noviembre de 2013. Puesta en circulación de la nueva edición del libro Los Responsables de Medina Benet).